FEMINICIDIOS DE MUJERES MIGRANTES LATINOAMERICANAS EN EUROPA: casos DE BERENICE OSORIO Y JESSICA ASTORGA en el 2018.
Por Gabriela Sepúlveda *
Berenice Osorio y Jessica Astorga forman parte del tejido y la mitología común de la mujer migrante. A pesar de contribuir a un 48.4% de la migración total en 2017 [1], la figura y las historias de las mujeres migrantes se reproducen al margen del imaginario popular.
El fenómeno de la mujer migrante se teje con diversos hilos- algunos económicos, otros sociales, culturales y legales- estas diversas vivencias se coceptualizan individualmente, a pesar de existir de manera interactiva y crear múltiples realidades.
Varias de las realidades de la mujer migrante se trazan en las vidas de Berenice y Jessica: las dos mujeres Latinoamericanas enamoradas de hombres europeos migran a Europa con la intención de reunificar sus familias, las dos mueren en 2018, víctimas de feminicidio en países francófonos. Algo adicional en la mente de las migrantes latinas es la idea que en Europa si hay justicia, es decir en el ideal de que en países del primer mundo estarán mejor defendidas, lo cual no es cierto, se encuentran solas.
El término de feminicidio es a la vez una categoría legal, política y cultural, que se define como el asesinato de una mujer por motivos que tienen su origen en los mitos y estereotipos asociados con su género. Los feminicidios ocurren cuando una mujer muere por no cumplir las expectativas asociadas con el rol de la mujer en una sociedad, una comunidad un entorno familiar o un sistema legal.
A diferencia de los hombres cuyos asesinatos ocurren a manos de desconocidos, los asesinatos de mujeres son perpetuados por individuos en su circulo intimo, especialmente esposos y familiares. [2]El término “feminicidio” afirma que los patrones de violencia que afectan a las mujeres tienen unas dinámicas distintas a la violencia que afecta al género masculino y por ello debe ser estudiado y combatido de maneras distintas y especificas.[3]
Los detalles de las vidas de Berenice y Jessica siempre les pertenecerán única y exclusivamente a ellas, nadie puede ni debe imaginarse capaz de decir con certeza en que consistieron sus deseos, pensamientos, sentimientos y motivaciones.
Sin embargo, una reconstrucción y análisis respetuoso de los fenómenos que caracterizaron sus vidas como mujeres migrantes – con los datos proporcionados por familiares, medios e instituciones- nos pueden ayudar a entender y a reflexionar sobre como prevenir la violencia doméstica y el feminicidio contra el colectivo de mujeres migrantes.
En el siguiente reporte para comprender este hecho es con la intención de describir y analizar cuales son las expectativas asociadas con el rol de la mujer en culturas, sociedades, comunidades y sistemas legales que contribuyen a los fenómenos de feminicidio y violencia domestica de mujeres latinoamericanas en Europa, y ofrecer alternativas a estas narrativas apoyándome en tratados internacionales contra la violencia de genero. El siguiente estudio de las causas y vulnerabilidades al feminicidio y la violencia domestica está estructurado en cuatro partes: cultura mediática, psicología, comunidad y ley.
CAUSAS Y VULNERABILIDAD AL FEMINICIDIO Y LA VIOLENCIA DOMESTICA: CULTURA MEDIÁTICA
En algunos de los países europeos con mayor índice de desarrollo social y económico como Francia o Bélgica un 51.4% y 49.4% respectivamente de los permisos de ciudadanía son tramitados para mujeres migrantes[4]. Berenice una mujer mexicana, migró a Kasterlees, Bélgica para residir junto a su marido Tom P. al que había conocido en su tierra natal de Jalisco, México. Juntos tuvieron dos hijos y el 9 de enero de este año Tom la apuñaló hasta matarla.
Jessica Astorga, también mexicana migró a Lyon, Francia, para residir con su marido Pierre Labastida al que conoció en México y quien el 12 de agosto de este año la estranguló hasta matarla para luego arrojar su cuerpo sin vida por la ventana – con la intención de fingir un repentino suicidio histérico provocado en el marco de una pelea amorosa.
¿Esta fue tan solo la primera de las ocasiones en que conceptos tradicionales y estereotipados del “amor” y la “histeria” servirían a Labastida? como coartada para escapar la responsabilidad del feminicidio.
Días después de que las autoridades descubrieran lo ocurrido gracias al examen forense, la madre del asesino – y su supuesta encubridora- envió una serie de mensajes abusivos a la familia de la víctima en los cuales culpabilizaba a Jessica de su propia muerte, argumentando que esta “se había obsesionado con Pierre’.
Es frecuente ver estereotipos sobre la naturaleza “apasionada” e “irracional” de las mujeres y el amor romántico en el trato mediático y judicial de un feminicidio. Estos conceptos tradicionales sobre el amor romántico y la salud mental de las mujeres sirven como elementos causales y justificantes, disminuyendo la responsabilidad y la culpabilidad de asesinos y maltratadores de mujeres- no solo a ojos de la comunidad sino también de las instituciones de justicia.
Varios estudios elaborados durante la última década concluyen que, por regla general, los casos de violencia doméstica son tratados en cortes judiciales para crímenes de menor gravedad que aquellos casos que presentan un grado de violencia similar entre personas sin ningún pasado “romántico”. También se ha concluido que los casos de feminicidio conllevan penas más ligeras e incluso son exonerados más frecuentemente que otros casos de homicidio que presentan un grado de violencia similar entre personas sin ningún pasado como pareja.[5]
El paradigma del amor romántico tradicional se elabora con ideas de pasión desmedida: si el amor justifica cualquier acto, cualquier acto queda justificado por amor. Sin embargo, fuera del imaginario colectivo, en la realidad de las parejas y matrimonios, este paradigma conservador del romance ha terminado alimentando un sistema jurídico donde se justifica matar por “amor”. El uso intencional o no del concepto del “amor” es fundamental para silenciar la violencia sufrida por las víctimas de violencia doméstica y feminicidio. Es esencial y necesario replantearse ciertos elementos culturales cuando su existencia alimenta la violencia.
Una respuesta holística a la violencia doméstica requiere un cambio de la narrativa cultural en cuanto a los estereotipos y mitos tradicionales que alimentan la violencia entre parejas, en especial por parte de las instituciones jurídicas y los medios de comunicación – tal y como se prevé en el Artículo 17 de la Convención de Estambul, el tratado europeo contra la violencia de genero con más ratificaciones, entre ellos Francia y Bélgica.
A pesar de los esfuerzos institucionales y el consenso sobre la necesidad moral de erradicar la violencia doméstica, aún es frecuente ver periódicos que desplazan la responsabilidad del asesino y culpabilizan a las víctimas de sus propios feminicidios.
Un lamentable ejemplo es el del trato de la prensa local belga en cuanto al feminicidio de Berenice Osorio, a quien culpabilizaron como merecedora de su propia muerte por vivir con una pareja con un pasado violento – Tom P. tenía antecedentes de maltratos con su expareja, y supuestamente mantenía peleas con Berenice que “tenían acostumbrados a los vecinos” y que en 2013 se había manifestado en una presunta violencia física contra Berenice en la que intervino la policía.
Es frecuente ver argumentos según los cuales estar en una relación de riesgo responsabiliza a la victima de lo que pueda pasar en esta relación. Este argumento encaja dentro del marco de referencia cultural de nuestros tiempos donde la responsabilidad individual parece no tener límites a pesar de la disonancia que esta idea pueda tener con la realidad del fenómeno que se estudia.
Los feminicidios y la violencia contra las mujeres migrantes son tratadas de la misma manera por la media, es decir que las mujeres belgas de origen son también violentadas y asesinadas bajo un trato similar, la única diferencia es que las mujeres migrantes latinas están al menos a 9000 Km de distancia de sus familiares y tienen que pasar por una violencia estructural de las instituciones.
Los estudios elaborados en la última década acerca de las causas de la violencia doméstica y el feminicidio coinciden en que las motivaciones detrás de la dificultad para escapar de una situación de violencia por parte de una pareja o un familiar no se explican o pueden reducirse a una voluntad personal.
2. CAUSES AND VULNERABILITY TO FEMINICIDE AND DOMESTIC VIOLENCE IN THE CONTEXT OF MIGRATION: PSYCHOLOGY
La compleja realidad de las causas de la violencia doméstica y los feminicidios en el caso particular de las mujeres migrantes se debe a múltiples factores. La mujer migrante vive una precariedad social, psicológica y económica específica a su condición de inmigrante: las barreras sociales que crea el aprendizaje de un nuevo idioma y cultura, el racismo, la falta de contacto con el sistema de apoyo familiar y de amistades[6], además de la precariedad económica de las mujeres migrantes que sufren la tasa de desempleo y explotación laboral significativamente más alta que las mujeres nativas- 16% y 8.5% respectivamente en Francia, 13.8% y 5.7 respectivamente en Bélgica.[7]
Estos factores intrínsecamente ligados a la experiencia de la migración crean problemas emocionales y de aislamiento – ingredientes ideales junto con el abuso de alcohol, nivel educativo, disparidad de la mujer en una relación abusiva de dependencia emocional y económica. Una vez que la supervivencia de la mujer migrante depende de su pareja, es fácil que este empiece a ejercer un mayor control sobre ella. Según un consenso de múltiples estudios elaborados en las últimas décadas, en distintos países y en relación con distintas culturas y tipos de parejas el control y los celos son la causa y origen más frecuente de la explotación y la violencia física, psicológica y sexual.[8][9]
Para entender los feminicidios de Berenice Osorio y Jessica Astorga es fundamental entender que forman parte del tejido y la mitología común de la mujer migrante, pero también es importante recalcar la relevancia de la otra cultura que también compartían -la Latinoamérica.
3. CAUSAS Y VULNERABILIDAD AL FEMINICIDIO Y LA VIOLENCIA DOMESTICA EN EL CONTEXTO DE LA MIGRACIÓN: COMUNIDAD
La marginalización experimentada por las mujeres migrantes en Europa es igual de relevante para entender las causas del fenómeno de la violencia doméstica y el feminicidio, como la marginalización experimentada por las mujeres en las sociedades latinoamericanas.
Un estudio holístico de las causas de la violencia contra las mujeres no puede reducirse a un análisis de las instituciones jurídicas, debe también incorporar un análisis social de la desigualdad de educación y oportunidades entre hombres y mujeres en las comunidades donde estos se desarrollan. Estudios específicos sobre los casos de violencia contra las mujeres latinoamericanas enfocan el génesis social de la violencia en nociones de genero tradicionales de las comunidades latinas[10]: el machismo y el marianismo.
El marianismo es un término cultural que define las cualidades que las sociedades latinoamericanas promueven para una mujer, tanto en el marco familiar como individual y de pareja. El marianismo se define esencialmente por las siguientes características: lealtad y devoción personal absoluta e incondicional en beneficio de la unidad familiar, obediencia y sumisión al marido y demás hombres de la familia, y sacrificio laboral al cuidado y mantenimiento del hogar[11].
Varios estudios demuestran que la mayor parte de mujeres latinas que han sobrevivido o continúan viviendo en condiciones de violencia domestica creen y temen que sus familias no apoyarían su decisión de separase de un maltratador y las alentarían a seguir en una relación peligrosa. [12]Este ambiente en donde las familias y comunidades latinoamericanas alientan a las mujeres a mantener lealtad y sumisión a sus parejas incluso a riesgo de su salud y de sus vidas es otro de los componentes fundamentales para entender por qué no es posible explicar el fenómeno de la violencia doméstica en la determinación individual de la víctima a seguir en una relación de riesgo.
4. CAUSAS Y VULNERABILIDAD AL FEMINICIDIO Y LA VIOLENCIA DOMESTICA EN EL CONTEXTO DE LA MIGRACIÓN: LEY
Es frecuente que las mujeres que migran a países europeos tal como Jessica y Berenice lo hagan con el propósito y a través del marco legal de la reunificación familiar. En Bélgica, el proceso de reunificación de una pareja empieza por un certificado de residencia por reagrupación temporal en el cual las autoridades municipales se aseguran de la residencia conjunta de la pareja durante los primeros 6 meses de migración.
Bajo la protección jurídica del certificado de residencia por reagrupación familiar la mujer migrante no recibe ninguna protección legal, administrativa o social en caso de violencia domestica- si decide denunciar algún tipo de violencia por parte de su marido, el gobierno belga considera que debe ser deportada inmediatamente después de que esta decida separase de su pareja o se mude a un refugio o centro de acogida para víctimas de violencia doméstica.
Aunque se tengan pruebas de violencia física, el estado belga deja de hacerse responsable de proveer apoyo y justicia a un porcentaje de las mujeres que sufren violencia en su territorio, si estas dejan de cohabitar con un residente o ciudadano belga. La falta de protección del certificado de reagrupación familiar crea una atmosfera de impunidad y complicidad con abusadores cuyas parejas acaban de migrar y se encuentran en uno de los momentos de mayor vulnerabilidad, aislamiento, y dependencia del proceso migratorio. El gobierno belga provee un beneficio legal para los maltratadores que pueden controlar a sus víctimas quitándolas del registro de vivienda en común arbitrariamente, denunciando su huida del domicilio o saliendo ellos mismos del domicilio o el territorio con el fin de asegurar la deportación de la mujer a la que abusan.
Una vez que el gobierno belga ha comprobado que la mujer migrante ha sido capaz de depender económicamente del hombre a través de su trabajo, sus ahorros y su residencia – ella aun no puede trabajar- durante 6 meses, se le entrega un permiso de residencia condicional de 3 a 5 años.
Con un permiso de residencia por reagrupación –el último paso antes de la entrega de una ciudadanía, autónoma e independiente- la protección legal sigue dependiendo de la cohabitación con su pareja. Sin embargo, las circulares del 2006/3 y 2006/4, específicamente las secciones 11 y 42 Quater de la Ley de Extranjería, protegen parcialmente el derecho de la mujer migrante a vivir sin violencia doméstica y ofrecen una protección legal condicional en casos de reunificación.
Las mujeres migrantes víctimas de violencia domestica solo pueden acceder a la protección legal por parte del gobierno belga si cumplen las siguientes condiciones:
- La víctima de violencia domestica no depende de ningún centro público de ayuda social (CPAS).
- La víctima de violencia domestica mantiene ingresos “estables”, “regulares” y “suficientes”.
- La víctima de violencia domestica está afiliada a una mutua sanitaria.
- La víctima de violencia tiene acceso a una vivienda considerada como “suficiente” para sus necesidades.
Si algunas de estas condiciones no se cumplen, el gobierno justifica la deportación de una mujer migrante víctima de violencia doméstica. Es decir, si la víctima es pobre o huye en un estado emocional precario que no le permite llevar a cabo el tramite burocrático de aviso al Centro de Extranjería previamente a la salida de emergencia – frecuente en las condiciones vulnerables y la naturaleza errática de una huida de una pareja violenta- el gobierno deja de ofrecer cualquier tipo de protección.
Las enmiendas legales del 2006 discriminan a las mujeres pobres y aquellas en situaciones de separación imprevista. El gobierno belga extiende la protección legal solo a aquellas migrantes con una estabilidad económica y psicológica con el fin de aumentar la deportación de aquellos migrantes que no reflejan un modelo “ejemplar” mientras sufren circunstancias de violencia y abuso. Al dar prioridad a la retórica anti-inmigratoria en la protección legal para mujeres migrantes víctimas de violencia doméstica, el gobierno belga desampara y se vuelve cómplice de la violencia sufrida por estas mujeres en su territorio.
Para evitar la deportación la mujer migrante debe aportar una serie de pruebas, sin embargo la falta de estipulación en cuanto a la definición de prueba es usada por las autoridades para rechazar pruebas de violencia psicológica o económica y solo considerar casos de mujeres víctimas de traumas físicos – lo cual infringe directamente varios tratados europeos para la protección de las mujeres[13]- y además crea un ambiente donde abogados y centros de ayuda a víctimas de violencia domestica deben aconsejar a las mujeres migrantes a quedarse en situaciones de violencia hasta que estas escalen a violencia física [14].
Si el gobierno solo reconoce los derechos de las mujeres migrantes a vivir sin violencia doméstica en su territorio a condición de que la violencia hay sido física, el gobierno pone a las mujeres migrantes en relaciones de abuso psicológico a escoger entre la deportación o la espera de la violencia física.
En el caso que la víctima de violencia no sea deportada no se le proveerá con un estatuto legal de residencia independiente y autónomo a su expareja, como se hace con las victimas de tráfico humano. Las víctimas de violencia domestica siguen administrativamente ligadas a su expareja a pesar de no convivir con esta, lo cual puede crear problemas y confusiones administrativos en cuanto a su acceso a la ciudadanía. Este protocolo legal viola la Convención del Consejo Europeo sobre la prevención y la lucha contra la violencia sufrida por las mujeres y las niñas, donde se reclama la creación de un permiso de residencia independiente de emergencia para las víctimas de violencia doméstica.
La respuesta legal belga a los casos de mujeres migrantes oficiales víctimas de violencia es precario, sin embargo, las mujeres migrantes irregulares nunca son consideradas como sujetos a los que la ley belga deba proteger de la violencia doméstica y por tanto la ley belga considera que sus feminicidios, violaciones, abusos físicos, psicológicos y económicos no ameritan ninguna ayuda por parte de las autoridades.
Además de administrar un servicio de refugio para víctimas de violencia domestica, por debajo del número de refugios estipulado en la normativa europea en dos de las tres zonas federales belgas[15][16], el gobierno belga excluye a las víctimas de violencia domestica sin papeles del sistema de financiación de estos refugios.
Dada esta exclusión sistémica de los servicios de ayuda, el gobierno belga crea las condiciones necesarias para que los refugios que decidan aceptar a mujeres sin papeles terminen en situaciones económicas precarias, lo cual lleva a muchos de ellos a negar su apoyo a estas víctimas de la violencia doméstica.
El gobierno impone una cultura de impunidad en lo relativo a los crímenes cometidos contra las mujeres migrantes. Para combatirlo es necesario crear un mecanismo legal que permita que las víctimas de violencia doméstica en circunstancias de migración irregular puedan acceder a la protección contra la violencia y la asistencia legal por razones humanitarias. Sin embargo, las condiciones de esta ley no incluyen una cláusula específica para la violencia doméstica y por lo tanto no tiende a protegerlas -a pesar de los compromisos humanitarios del gobierno belga para eliminar la violencia contra las mujeres.
Los gobiernos deben respetar los tratados internacionales contra la violencia cometida hacia las mujeres y garantizar que las autoridades a cualquier nivel faciliten un apoyo sin discriminación a las víctimas de violencia doméstica. Esto debe manifestarse en una cultura de cero tolerancias a la discriminación por causas raciales o migratorias. El protocolo de apoyo a víctimas de violencia doméstica por parte de las autoridades debe garantizar que todo oficial sea educado sobre los derechos de las víctimas con el fin de facilitar un apoyo que permita reportar[17], penalizar y eliminar los casos de maltrato policial a las víctimas, tanto con amenazas de deportación, de perdida de custodia de los hijos o de violencia xenófoba.
CONCLUSIÓN
La violencia doméstica y el feminicidio son fenómenos previsibles y por tanto pueden ser prevenidos. No ocurren en el seno de la pasión desmedida y la espontaneidad- un análisis del nivel de premeditación de un amplio número de feminicidios indica niveles casi idénticos de planeación con casos de homicidios que no involucran parejas o familias.[18]Sin embargo, para prevenir un fenómeno como la violencia doméstica y el feminicidio se necesitan estrategias y cambios en la mentalidad de nuestros sistemas judiciales, nuestros mitos, nuestras culturas, nuestro sistema legal y nuestras comunidades.
En conclusión, para prevenir, reducir y eliminar los feminicidios es necesaria la cooperación de distintos actores sociales, culturales y políticos con el fin de reeducar nuestras comunidades de forma que estas puedan brindar el apoyo que las mujeres en situaciones de violencia domestica necesitan para separarse de manera segura de una pareja violenta.
Tal y como se prevee en la convención de Estambul es necesario que los sistemas jurídicos y las autoridades policiales -a nivel nacional, regional y local- estén entrenados para reconocer la naturaleza multifacética de la violencia y sean educados sobre la realidad del maltrato psicológico y la dependencia económica. [19][20]
También es necesario que los actores judiciales y policiales tengan una colaboración y coordinación más activa con las organizaciones civiles de refugio y ayuda contra la violencia doméstica[21], de tal manera que se puedan ejercer sistemas de prevención como respuesta a la manifestación de violencia -por ejemplo, evacuando y manteniendo un seguimiento continuo con hogares donde se ha registrado algún tipo de violencia.[22]
Finalmente, es fundamental que las autoridades y las organizaciones civiles tengan en cuenta los riesgos específicos a la comunidad de mujeres migrantes y apoyen a las organizaciones y refugios especializados en entender y atender, de manera respetuosa y con empatía, la vulnerabilidad de la migración y la mentalidad patriarcal de las comunidades de las que las mujeres migrantes forman parte. [23]
En el caso de Berenice y Jessica, todos los datos apuntan a que sus feminicidios podrían haber sido prevenidos, si sus respectivos gobiernos hubieran establecido las políticas de prevención y eliminación de la violencia domestica a las que se comprometieron a financiar en el tratado de Estambul[24]y hubieran ofrecido un mayor apoyo a centros de integración y ayuda especializados para mujeres migrantes latinoamericanas.[1]UN MIGRATION REPORT 2017[2]Patterns of violence against women are different from those against men.
Globally, men are more likely to die as a result of armed con ict, interpersonal violence by strangers and suicide, while women are more likely to die at the hands of someone close to them, including husbands and other intimate partners. Thus, women are often emotionally involved with, and economically dependent upon, their aggressors.-> WHY IS FEMICIDE NOT INCLUSIVE OF MEN Murder, Gender and the Media: Narratives of Dangerous Love,Jane Monckton-Smith[3]En 2013 la Asamblea Parlamentaria Euro-Latinoamericana ““El feminicidio es un indicador crítico de la realidad de la violencia contra las mujeres en los diferentes países, y su extrema gravedad exige respuestas políticas e instrumentos adecuados y coordinados en los diferentes países, incluyendo en particular el trabajo de los poderes legislativos.”[4]Eurostat, Gender and age distribution of persons acquiring citizenship in the EU-28 and EFTA, 2016[5]Cammis 2006, Dawson 2013[6]La Belgique doit protéger toutes les femmes de la violence conjugale , RTBF, Coralie Hublau est chargée des questions de séjour au CIRÉ et membre de la Plate-forme associative ESPER- La plate-forme associative ESPER regroupe différentes associations (AWSA-Be, le Centre de prévention des violences conjugales et familiales, le CIRÉ et le MRAX)[7]Foreign-born unemployment and Native-born unemployment statistics, International Migration Outlook 2018, The Organisation for Economic Co-operation and Development (OECD)[8]Homicides What issues underlie the predominant drive of DH perpetrators to seek revenge and cause harm? Of the 37 DHs here, 70.3 % occurred in the context of relationship separation, 62.2 % involved constant and violent jealousy, 54.1 % involved perpetrators who controlled most or all of the victims’ daily activities, 45.9 % involved new partners in the women’s lives, and 21.6 % occurred in the context of formal or informal child custody/access disputes. These variables appeared to be ab- sent in only 13.5 % of cases. P10 A Comparison of Domestic and Non-Domestic Homicides: Further Evidence for Distinct Dynamics and Heterogeneity of Domestic Homicide Perpetrators[9]Child and Women Abuse Studies Unit (CWASU) jealous and controlling behaviour should be considered as a critical risk factor (Coy & Kelly, 2011)[10]Counseling Latina Battered Women: A Qualitative Study of the Latina Perspective, Kasturirangan & Williams, 2003; Sabina et al., 2015[11]Latinas are often socialized to allow someone else to make decisions for them, most often the men in their lives. Women are taught to depend on men financially; they continue this cycle by raising their daughters in the same way (Kasturirangan & Williams, 2003)->[12]Counseling Latina Battered Women: A Qualitative Study of the Latina Perspective, Kasturirangan & Nutt-Williams, 2003;Klevens, 2007[13]Article 3 Definitions: Violence against women” is understood as a violation of human rights and a form of discrimination against women and shall mean all acts of gender-based violence that result in, or are likely to result in, physical, sexual, psychological or economic harm or suffering to women, including threats of such acts, coercion or arbitrary deprivation of liberty, whether occurring in public or in private life. “Domestic violence” shall mean all acts of physical, sexual, psychological or economic violence that occur within the family or domestic unit or between former or current spouses or partners, whether or not the perpetrator shares or has shared the same residence with the victim.[14]“La loi était contre moi”Accès des femmes migrantes à la protection contre la violence intrafamiliale en Belgique, 08 nov 2012, Human Rights Watch[15]Les normes européennes recommandent que le nombre de places en refuges pour les survivantes de violences intrafamiliale soit de l’ordre d’une « place familiale » (définie comme une adulte plus le taux moyen d’enfants, qui est de 1,79 en Belgique) pour 7 500 à 10 000 habitants l n’y a pas d’administration centralisée des refuges en Belgique ; au lieu de cela, ils tombent sous la responsabilité des régions , 119 Liz Kelly et Lorna Dubois, Combatting Violence Against Women: Minimum standards for Support Services, Conseil de l’Europe, Direction générale Droits de l’homme et État de droit, 2008, http://www.coe.int/t/dg2/equality/domesticviolencecampaign/Source/EG-VAW-CONF(2007)Study%20rev.en.pdf (consulté le 6 avril 2012), p. 18[16]En 2006, la dernière année pour laquelle des statistiques sont disponibles, les deux types de refuges de femmes en Flandres ensemble furent incapables de répondre à entre 66 pour cent et 69 pour cent des demandes de refuges effectuées par des femmes cherchant un refuge pour violence conjugale. 123 Helen Blow et Gerard van Menxel, « Partner violence and homelessness » (« Partnergeweld en thuisloosheid ») in Kris De Groof et Tina De Gendt, eds., Chances to succeed. An integrated approach to intra-familial violence (« Kans op slagen. Een integrale kijk op geweld in gezinnen ») (Leuven: LannooCampus), 2007, p. 114[17]“La loi était contre moi ”Accès des femmes migrantes à la protection contre la violence intrafamiliale en Belgique, 08 nov 2012, Human Rights Watch[18]Precisely 82.8 % and “90 % of DHs and NDHs, respectively, showed some degree of instrumental violence”A Comparison of Domestic and Non-Domestic Homicides: Further Evidence for Distinct Dynamics and Heterogeneity of Domestic Homicide Perpetrators[19]Article 3 Definitions: Violence against women”[20]ARTICLE 13 – AWARENESS-RAISING, ARTICLE 14 – EDUCATION , ARTICLE 15 – TRAINING OF PROFESSIONALS, Council of Europe Convention on preventing and combating violence against women and domestic violence, Istanbul, 11.V.2011[21]Article 9 – NON-GOVERNMENTAL ORGANISATIONS AND CIVIL SOCIETYCouncil of Europe Convention on preventing and combating violence against women and domestic violence, Istanbul, 11.V.2011[22]ARTICLE 52 – EMERGENCY BARRING ORDERSCouncil of Europe Convention on preventing and combating violence against women and domestic violence, Istanbul, 11.V.2011[23]Kasturirangan & Williams, 2003, Hancock & Siu, 2009; Perilla & Perez, 2002[24]Article 8 – Financial resourcesCouncil of Europe Convention on preventing and combating violence against women and domestic violence, Istanbul, 11.V.201
*Gaby Sepúlveda es una mujer Colombiana de 21 años, Sus principales áreas de interés son la epistemología, inmigró a Barcelona donde cursó sus estudios secundarios en el Liceo Francés. Vive en Londres, donde en 2018 obtuvo un título universitario en Filosofía de la Universidad de Kings College London.
Actualmente es becaria de investigación legal e integración social en Siempre y coordinadora del programa de arte y cultura para mujeres Latinoamericanas de Latin American Women’s Rights Services y King’s College London.
feminista, específicamente criminología y jurisprudencia, y el análisis cultural.
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“La loi était contre moi”Accès des femmes migrantes à la protection contre la violence intrafamiliale en Belgique, 08 nov 2012, Human Rights Watch
Quels sont les risques de perdre votre carte de séjour si vous quittez votre partenaire ?, Violence Conjugale Belgique
La délivrance d’une carte de séjour temporaire portant la mention « vie privée et familiale » dans le cadre des violences conjugales, femmes étrangères victimes de violence conjugales, SOS Femmes Vendees
Regroupement familial et violence conjugale : Eviter la double victimisation des femmes migrantes, René Begon, chargé de projet au CVFE avec Bijou Banza Monga et Sandrine Bodson, intervenantes au CVFE, collectif contre les violences familiales et l’exclusion
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Differences in the characteristics of intimate femicides – the role of relationship state and relationship status, Dawson, M., & Gartner, R. (1998).
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11ème Rencontre Internationale Femmes et Santé Santé des femmes et droits humains.
Construisons l’avenir Actes Bruxelles, Belgique, 2011